Estoy harta de las esperas
interminables, de la voz de mi conciencia a media noche, de los intentos
frustrados, de lamer el zapato ajeno hasta dejarlo reluciente, de ser el
colador donde se queda toda la mierda y harta de tanto recuerdo insignificante.
Hasta las narices de darle al
botón, de las teclas ya borradas por el uso, de las facturas que impone la
lejanía, del quiero pero no puedo o no me fío, del hoy sí y mañana también, de
las mentiras disfrazadas, del nudo en la garganta, de las ganas de llorar por
todo y por nada, del frío, del calor…por estar harta, lo estoy de todo.
Lo mandaba “casi todo” a tomar
por saco y estoy segura que aún así, dentro de unos meses y con la cabeza ya
fría, no me arrepentiría. Shit.